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Glorietas en espiral canalizadas con todos los movimientos permitidos y la adaptación de su señalización

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El incremento del tráfico, así como la mala utilización generalizada de las glorietas de varios carriles, provocan el colapso de este nudo viario. Esto se debe a la negativa de los usuarios de utilizar los carriles interiores, al considerar su accesibilidad más complicada y su salida más peligrosa. Por ello, rodean el anillo por el exterior impidiendo que otros puedan salir desde los carriles interiores o que accedan desde los diferentes ramales. Así, la glorieta de varios carriles se congestiona, convirtiéndose en una rotonda de un único carril, disminuyendo su capacidad. Una buena alternativa son las turboglorietas, que poseen mayor capacidad y menos puntos de conflicto. Sin embargo, la señalización es más compleja y se limitan algunos de los movimientos, como los cambios de sentido o el acceso desde una vía secundaria hacia otra ubicada tras la segunda canalización (en turboglorietas de dos carriles).