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Resiliencia de la red de carreteras: enfoque preventivo de la rehabilitación sísmica de puentes para reducir el impacto macroeconómico

Ilustraciones © AutoresAdobe Stock © francescodemarco

Las redes de infraestructuras de transporte son esenciales para garantizar el desarrollo económico de las naciones y para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Por esta razón, en los últimos 50 años cada vez nos hemos centrado más en lograr un mantenimiento adecuado de estos sistemas. Desde finales de los años 1990, se ha desarrollado una intensa actividad de investigación y divulgación dirigida a fomentar la aplicación de los principios de gestión de activos en las organizaciones de la carretera. El lanzamiento de la serie de normas ISO 55000 para la gestión de activos entre 2014 y 2019 constituye un gran cambio para la comunidad que trabaja en la gestión de activos. En este marco, la normativa y los manuales de aplicación actuales ponen de relieve que, a la hora de planificar un sistema de gestión de activos, una organización debe determinar los riesgos y las oportunidades existentes para lograr los resultados deseados. Los criterios que deben utilizarse para gestionar los riesgos se encuentran claramente descritos en la norma ISO 31000, que fue actualizada en 2018, y que considera la evaluación y el tratamiento de riesgos como elementos centrales en el proceso de gestión de riesgos.